OMD España nombra a Marta Jimenez como Content & Experience Director

Suena el despertador, casi no he pegado ojo, hoy empiezo con mucha ilusión en un nuevo proyecto. Enciendo la radio, mi compañera de café, y escucho el recuento de enfermos, contagiados y fallecidos por causa del Covid-19. No voy a poder dar besos y abrazos a mi nuevo equipo de OMD España, nos conformaremos con una video conferencia.

Nos ha cambiado la vida. Pienso en la gente con un viaje planificado, las parejas que iban a casarse… ¡o divorciarse!, mudanzas…, en los valientes emprendedores, los papas a punto de tener un bebe o los que, como yo, nos estamos incorporando a un nuevo proyecto. Fantaseo con que todo esto saldrá algún día no muy lejano en un documental.

No sé dónde voy a sentarme cuando volvamos a Mesena, 22. Tengo la caja de mudanza guardada en un armario, sin abrir, no la he necesitado. El Covid-19 me ha obligado a crear de cero un nuevo entorno de trabajo en casa, familia y video conferencias conviven varias veces al día: la nueva “normalidad”, donde el ladrido de tu perro, tu gato o que suene el timbre que viene un nuevo mensajero, nos ha hecho infinitamente más humanos y cercanos a ojos de nuestros compañeros. Algo que, del modo habitual, quizás hubiese tardado un poquito más. En OMD decimos que todo esto nos hará mejores (#thiswillmakeusbetter) y estoy convencida de que esto es así.   

Sorprendida aún por la intensidad de estos meses, pienso que, en paralelo a las fases de la desescaladanosotros también hemos vivido las nuestras. Fases en las que clientes, que aún no conocía, decidían cómo adaptar sus negocios a la situación; en las que medios y productoras buscaban salidas al parón; con las estimaciones en base al avance de la curva del coronavirus y su reflejo en la economía; la permanente atención a cómo las personas nos hemos ido adaptando al confinamiento y ahora, por fin, la apertura y la vuelta a la actividad de la mayoría de nuestros clientes. 

Durante varias ediciones, en los informes “Business as unusual” hemos hablado sobre los cambios, los nuevos hábitos y tendencias, pero también abordamos, inspirados por Jeff Bezos, sobre aquello que seguirá como siempre, y esto me inspiró muchísimo, en primer lugar, por nuestra necesidad de seguir conectados, en segundo lugar, por la creación de nuevos entornos para las marcas, y en tercer lugar, por la creatividad, por nuestra forma natural de crear y generar ideas, ahora más viva que nunca. 

Frente a todos los apellidos con los que podríamos acompañar la palabra crisis (sanitaria, social, humana, económica…), en OMD estamos trabajando para que no sea una crisis de ideas, afinando el ingenio y buscando los mensajes apropiados para cada marca desde la empatía. 

Ya no trabajamos, ahora teletrabajamos. Los consejos para hacerlo de forma eficiente están por todos lados. Durante estos meses hemos confirmado que es posible, hablamos sobre el ahorro de tiempo en desplazamientos, la reducción de costes y el aumento de la productividad. En mi opinión, creo que debería haber una revisión de las “reglas sociales” del teletrabajo: cámaras on siempre, buscar huecos para los cafés virtuales con conversaciones fáciles, sentarte con el equipo sin un propósito, encontrar los nuevos ascensores virtuales en los que hablar sobre el tiempo, cruzarte en la oficina con más gente con la que habitualmente no coincides en las reuniones o las cañas virtuales después de presentar un proyecto.

Mi primer día transcurrió muy bien. Después del café llegó un mensajero con el portátil y el móvil, a primera hora reunión con Cristina Barranco, pura energía, y después con mi equipo de Content & Experience, mis nuevos compañeros. OMD es mi nueva casa virtual. Cada mañana viajo desde mi casa a mi otra casa, sin salir de la primera, viviendo virtualmente en la segunda. Disfrutando de ambas familias.